Doc. 552: Composición de Enrique Vaca de Alfaro dedicada a Velázquez
A D. DIEGO DE SYLVA, Y VELAZQUEZ, DEL ABITO DE SANCTIAGO APOSENTADOR MAYOR, Y PINTOR QUE FUE DEL SEÑOR REY D. PHILIPPO QUARTO
Don Diego Sylva y Velázquez
ínclito Héroe invencible,
Fénix que, a pesar del tiempo,
en el tiempo inmortal vives.
Tú que de confusas sombras
con diestro Pinzel imprimes
vn alma en cada bosquejo,
vn aliento en cada efigie
Dando entre mudos acentos
a los sonoros Clarines
si timbres a tu destreza
a tu Patria nuevos tymbres.
Pues ya en quanto dora Febo,
el Mar baña, y Flora viste,
motivo a tantos Apolos
das en Lienços y Buriles.
La destreça que te anima,
y la ciencia que te rige
en las láminas, son lenguas
que tus elogios repiten.
No ay ingenio que no asombres,
admiración que no admires,
porque son tus sombras rayos,
que se miran sin eclypse.
Lo cortés y lo modesto,
lo entendido y lo apacible
son luzes que aun viendo al Sol
de España, de luz te síruen.
Que si en el fino Diamante
essa lámpara sublime
imprime todos sus Rayos
y su candidez no oprime.
Assí, a vista de Philipo
Quarto, Sol a quien asistes,
brillas como Cristal terso,
luzes qual Diamante firme.
La llaue de sus Palacios
a tus manos se dirige,
premio que con tu lealtad
y tu cordura se mide.
No ay pintura que no enmiendes,
Estatua que no examines,
Arte en que no te abentaxes,
ciencia que tú no registres.
Argos seres de sus lienzos,
para retocarlos lince,
si Iano, el más esforçado
de sus Bosques y Pensiles.
Obrero mayor te aclaman
las Fuentes de esos Jardines…
y al entrar por sus espacios
no ay Planta que no te brinde,
Del mundo la mayor parte
Garza veloz discurriste,
Velázquez, síempre velando,
aspirando a excelsos fines.
Selua te aclamaua Roma
de los Béticos Países,
por lo distro del Pincel,
y vivo de matizes.
Quánta Tyara y Capelo
en admiración pusiste,
renovando la memoria
de los Pintores Gentiles.
Y, en premio de tus desvelos,
que no te agravan, ni oprimen,
adorna tu noble pecho
la Cruz Roja que lo escrive.
Insignia del gran Patrón,
que en las Españolas lides
destrozó las medias Lunas
que sin Dios y sin Ley viven.
Aposentador Mayor
ser, Don Diego, mereciste,
del mejor León que ha unido
las Aguilas y las Lyses.
Y ya que bolber triunphante
a Mançanares te viste,
a cuyos tersos Espejos
Narciso constante vives.
A pesar de emulaciones
y a pesar de sombras viles,
que destrogó te aclamaron
de Cloto y su acero libre.
Vive sin temer naufragios
puesto que el Cielo permite
que para muerte de tantos
en la fama resucites.
Y no temas de la invidia
la conjuración terrible,
porque solo vive quien
se ajusta a Dios lo que vive.
Goça infinitos aplausos
goça premios indecibles,
tantos que en número excedan
las flores de mil Abriles.
Y de mi corto discurso
en holocausto recive
esta ficción que escriuieron
de Elicón suaves Cisnes,
A essas plantas la dedico,
del Betis famoso Achiles,
para que mis pobres rasgos
luzgan en los dos Zenydes.
Y assí, en Premio de mi afecto,
entre las glorias que vives,
yo me grangeo un Mecenas,
quando mi hermano un Anchises.
Más, tente, Pluma cobarde,
y tantos Rayos no hyres,
que, sondando tanto abismo
de luzes, me voy a pique.
Porque fué, señor Don Diego,
quando mi afecto me rige,
blanco de mis esperangas,
y las esperé felizes.
Mas, ó glorias deste mundo,
vanas, caducas, y tristes,
que no son felicidades
pues siempre vn pesar les sigue.