Autor
José Luis Colomer, Blanca Pons-Sorolla, Mark A. Roglán (dirs.)
Características
408 páginas; 350 ilustraciones en color; tapa dura con sobrecubierta; 24,5 x 29,5 cm
Publicación
Coeditado por el Meadows Museum, CSA y la Fundación Museo Sorolla con la colaboración del CEEH; 2015
ISBN
978-84-15245-46-9
Precio
57,70 €
-5% hasta el 5 de enero comprando en nuestra web
(Código de cupón: NAVIDAD)
Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923) disfrutó de gran fama en sus dos visitas a los Estados Unidos, cuando los museos norteamericanos compitieron por hacerse con sus exposiciones monográficas en 1909 y 1911, y la adquisición de sus obras era motivo de orgullo para las colecciones públicas y privadas. Este volumen estudia el entramado de relaciones personales que sustentaron aquella fascinación colectiva por Sorolla, el artista español más admirado fuera de España a comienzos del siglo XX.
Varios tipos de personajes participaron esta exitosa historia: sus primeros clientes en aquel país, que presentaron sus compras en público para dar a conocer a Sorolla entre sus compatriotas; los directores de los recién creados museos de Saint Louis, Buffalo y Chicago, que organizaron las exposiciones multitudinarias y los actos sociales relacionados con la estancia del pintor en estas ciudades; grandes coleccionistas y mecenas como Archer M. Huntington –quien no sólo acogió la legendaria exposición neoyorquina en la Hispanic Society, sino que asumió la mayor parte de los gastos de su gira triunfal americana– y Thomas Fortune Ryan, otro entusiasta del maestro español, del que llegó a poseer al menos 29 cuadros. Sorolla tuvo relación profesional y amistad con varios pintores norteamericanos: John Singer Sargent, su mentor en Londres; William Merritt Chase, con quien trató como colega; los principiantes Cadwallader L. Washburn y a William E.B. Starkweather, alumnos en su estudio madrileño y luego agentes de su viaje transatlántico; Louis Comfort Tiffany, que posó para él en la cima de su brillante carrera como diseñador; sin olvidar a Raimundo de Madrazo, que había precedido a Sorolla como retratista de la alta sociedad americana de finales del siglo XIX.
Este conjunto de figuras permite explicar buena parte de los encargos que Sorolla atendió en varias ciudades de los Estados Unidos, así como la venta de la inmensa mayoría de obras que llevó consigo desde España. De su circulación posterior y de los cambios en la estima por Sorolla durante más de un siglo da cuenta –como colofón a este volumen– un estudio retrospectivo de la fortuna de Sorolla en el mercado del arte, que al fin y al cabo es el termómetro de su éxito internacional.
JOSÉ LUIS COLOMER es doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Bolonia y licenciado en Historia del Arte por la Sorbona. Dirige el Center for Spain in America (CSA), una entidad que promueve el estudio y la difusión de la cultura y el arte españoles en Estados Unidos. En 2012 publicó con Inge Reist Collecting Spanish Art: Spain’s Golden Age and America’s Gilded Age, un volumen coeditado por el CSA y la Frick Collection de Nueva York en el que una docena de especialistas analizan la formación del gusto por el arte español en las grandes colecciones norteamericanas.
BLANCA PONS-SOROLLA, bisnieta del pintor Joaquín Sorolla y Bastida, es investigadora independiente y autora de la biografía más completa del artista, así como comisaria de numerosas exposiciones sobre su obra, la más reciente dedicada a Sorolla en América. Preside el patronato de la Fundación Sorolla desde 1992, año en que recibió la Medalla de la Orden de la Estrella Polar de manos de S.M. el Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia por su labor sobre Sorolla. En 2009 la Hispanic Society of America (New York) le otorgó la Medalla Sorolla a una carrera dedicada a la investigación sobre la vida y la obra del maestro valenciano.
MARK A. ROGLÁN (1971-2021) fue director del Meadows Museum de Dallas y profesor asociado de Historia del Arte en la School of the Arts de la Southern Methodist University. Autor de numerosas publicaciones sobre el arte español de los siglos XIX y XX, particpó como ponente en congresos internacionales y fue comisario de importantes exposiciones. Antes de ocupar dicho cargo trabajó como conservador ayudante e investigador en el Museo del Prado, así como asistente en el Fogg Museum de la Universidad de Harvard. Por su labor de investigación y difusión del arte español recibió, entre otras distinciones, la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica por S. M. el Rey Juan Carlos I.