Francisco Bayeu (1734-1795) fue el pintor más influyente de la corte española en el último cuarto del siglo XVIII. Pintor de Carlos III y Carlos IV, y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, quizá es más recordado por sus vínculos familiares con Francisco de Goya que por su indiscutible calidad como artista. El óleo de la Spanish Gallery, Estudio de un perro por el natural (1783-1784) es una obra maestra, un tipo de retrato animal excepcional en la historia de la pintura española, comparable a las obras naturalistas de otros maestros europeos incluidos Jacopo Bassano, Guercino, Paulus Potter, Jean-Baptiste Oudry y George Stubbs.

Tras una introducción a la vida del artista y la temprana influencia de Corrado Giaquinto y Anton Raphael Mengs –los dos pintores que más honda huella dejaron en Bayeu–, este libro estudia la importancia de las representaciones caninas en su repertorio visual, con la vista puesta sobre todo en el retrato de Bishop Auckland, cuyo estilo refleja la influencia del gran maestro español del Siglo de Oro, Diego Velázquez. Los capítulos siguientes trazan el ascenso a la fama y la fortuna de Bayeu a través de una serie de frescos y retratos de comisión real antes de centrarse en la relación del Estudio de un perro por el natural y el programa para la redecoración de la catedral de Toledo. El detallado examen del lienzo y de su historia revelan un complejo proceso creativo, y el hecho de que permaneciese en manos de Bayeu hasta su muerte se presenta como prueba de su utilidad como modelo y del particular aprecio que sentía por él. Esta circunstancia privó de la fortuna crítica que merecía a una obra maestra a la que aquí por fin se hace justicia.

Ricardo Centellas Salamero, historiador del arte y funcionario dedicado a la gestión cultural, es gerente del consorcio Goya-Fuendetodos de la Diputación de Zaragoza, donde tiene a su cuidado el Museo-Casa natal de Goya y el Museo del Grabado de Goya; antes había sido conservador del Palacio de la Aljafería de Zaragoza, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. Ha comisariado y organizado más de un centenar de exposiciones, entre ellas Goya y sus inicios académicos (1996) o Dibujo español del Renacimiento a Goya (2008). Ha publicado estudios y coordinado libros y catálogos sobre el arte en tiempos de la familia Bayeu-Goya.